En el proceso de creación de una marca así como a la hora de influir en la psicología del cliente en el punto de venta (disciplinas del branding y merchandising), el uso del color tiene un papel fundamental, por lo que no debiera ser una elección arbitraria.
Si nos centramos, por ejemplo, en el mencionado punto de venta, el color junto a elementos como la música, iluminación o el marketing olfativo, entre otros, pueden influir en procesos como el tiempo de permanencia del cliente en tienda y en la estimulación del impulso de compra.
En el siguiente artículo trataremos la gama básica de colores y cómo influyen sobre el consumidor.
Hagamos un primer análisis, observando los patrones de uso del color en la marca encontramos que el 95% de ellas emplean 1 ó 2 colores, estando el azul presente en cualquiera de sus gamas en un 33% de las mismas; le sigue en uso el rojo, empleado en un 29% y el negro con un 28%; siendo el amarillo el color menos empleado, con una presencia del 13%.
Si queremos establecer una clasificación por lo general dividimos los colores en “fríos”, “cálidos” y “neutros”, asociando los primeros a la tranquilidad, la reflexión, la naturaleza y el relax. Por contra los cálidos son asociados generalmente con la acción, pasión, alegría, atención y como reclamo. Con respecto a la gama de colores neutros ésta abarca las distintas tonalidades de grises, marrones, beiges y el negro.
Con esta simple clasificación podemos entender que no todos los colores son adecuados para la marca de cualquier modelo de negocio. Incluso dentro de un mismo sector su uso es diferente según nuestro modelo. Pensemos en la decoración de un restaurante, mientras que un restaurante de gama media alta podrá elegir colores que sean asociados con la calidad y relax, un restaurante de comida rápida hará uso de colores cálidos, como el rojo y amarillo, fomentando la rotación del cliente, ya que obtendrá beneficio al servir un gran número de platos a lo largo de su jornada.
Realicemos ahora un pequeño repaso por algunos de los colores más empleados.
Colores fríos:
Azul: uno de los colores fríos de referencia; asociado con la tranquilidad, seguridad, inteligencia y masculinidad. Es apropiado y muy empleado por servicios profesionales, sanitarios, energía, sector aeronáutico y TICs. No suele emplearse en el diseño de marcas de alimentación y moda.
Verde: asociado a la naturaleza, dinero, crecimiento y frescor. Usado en la industria energética, salud, finanzas, agricultura y TICs. No es común en moda ni marcas de alimentación a excepeción en determinados casos de productos dietéticos o “bio”.
Púrpura: asociado a la nobleza, espiritualidad, ambición, misterio y sofisticación. Su uso está poco extendido. Puede ser empleado en servicios financieros, sanitarios, medicina estética y TICs.
Colores cálidos:
Rojo: asociado con lo pasional, agresividad, amor, acción y peligro. Es utilizado en cadenas de restauración, TICs y automoción. No es recomendable en productos sanitarios, sector aeronáutico o inmobiliario.
Amarillo: asociado con la luz, alegría, creatividad, emoción, inteligencia y felicidad. Es usado en el sector energético, restauración e inmobiliario. Es desaconsejable para el sector financiero, sanitario y TICs.
Naranja: asociado con la amistad, vitalidad, juventud y éxito. Es utilizado con frecuencia en TICs. Dado que es percibido como un color informal no es apropiado en servicios financieros; tampoco es empleable en moda y automoción.
Colores neutros:
Marrón: asociado con la amistad, naturaleza, durabilidad y simplicidad aunque también con el conservadurismo. Es empleado en la industria de la moda y agricultura, mientras que su uso es desaconsejable para TICs.
Negro: asociado con la sofisticación, elegancia, prestigio, lujo, misterio y lo formal, como aspecto negativo es el color asociado a la muerte. Es apropiado para marcas de moda, TICs, automoción, productos gourmet y luxury brands. No aconsejable en el caso de marcas de servicios sanitarios y energéticos.
Blanco: asociado a la pureza, fidelidad, nobleza, inocencia, limpieza y frescor. Es utilizado en moda y servicios sanitarios, su asociación con lo minimal y el diseño lo ha llevado a ser un distintivo en empresas tecnológicas como Apple. No es empleado en productos alimenticios y financieros.
En definitiva y como conclusicón podemos afirmar que aunque no existan reglas universales a la hora de realizar la elección del color en la construcción de nuestra marca, debemos reflexionar sobre nuestro modelo de negocio, el perfil de nuestro cliente y hacer uso del sentido común no dejándonos llevar por modas o preferencias personales. Es importante también no perder la referencia de que no sólo un diseñador o un profesional del interiorismo, en el caso de que estemos hablando del punto de venta, son necesarios, sino que contar con un profesional del branding y merchandising en el equipo nos ayudará a realizar la elección más adecuada.
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