Se ha hablado de servicios de valor añadido, de programación y diseño, de usabilidad… en definitiva, de sorprender al usuario, para conseguir que ellos se acerquen a nuestra web, repitan y finalmente compren o nos llamen.
Fidelizar o hacerlos conversos no sólo significa que vuelvan o que compren, también significa que atraigan a clientes potenciales, nos sugieran o conseguir que los usuarios se comporten como nosotros deseamos.
Para ello es necesario planificar tácticas como la incentivación o el premio, el lanzamiento de interesantes contenidos, la personalización, etc. que tengan una alta rentabilidad.
¿Pero que pasa fuera de la web? Actualmente existen más de 85 millones de dominios y sólo unos pocos usuarios entran en nuestra web, los que la conocen por pura casualidad o por el boca a boca. Éstos los tenemos ganados, ahora tenemos que hacer que vuelvan.
Lo primero que hay que hacer es saber qué es lo que les gusta, después dejarles todas esas cosas en los lugares que ellos visitan. De esta forma, la utilización de los sindicadores de contenidos, las redes sociales, los blogs de texto, imágenes o vídeos, las sinergias con otras web, las páginas de opinión de producto, las páginas de afiliados o el posicionamiento bajo pago en los principales buscadores son recursos indispensables para este cometido.
Dichas herramientas nos permiten principalmente hacer que nuestros usuarios nos puedan ver en distintos lugares de la red haciendo extensible nuestra página a estas webs y obteniendo finalmente un reconocimiento de la marca por parte de nuestro público objetivo.