La monetización de contenidos y los bloqueadores de publicidad, como Ad blockers, guardan una relación directa. La necesidad de ingresos por parte de los generadores de contenidos en Internet, toma forma de publicidad.
Sin embargo, esto se ha traducido en usuarios reticentes a pagar por este contenido web que, al mismo tiempo, quieren tener una experiencia de navegación lo más rápida posible.
Los Ad blockers le declaran la guerra a la publicidad online
Esta situación provocó la creación de extensiones de filtrado de contenidos para el navegador que permiten bloquear la visualización de anuncios en las distintas webs, conocidos como ad blockers o bloqueadores de anuncios. Generalizando rápidamente su uso, tanto para ordenadores como dispositivos móviles. Adblock Plus, uBlock y AdBlock son algunas de las extensiones más usadas para filtrar este contenido comercial.
Según un estudio realizado por Adobe y PageFair, en junio de 2015, 198 millones de usuarios utilizaban bloqueadores de anuncios.
Sadblock, la nueva extensión en redes sociales
Sobre una base de millones de usuarios, el auge de las redes sociales ha visualizado un crecimiento exponencial. Así, al mismo tiempo, ha surgido un nuevo escenario para anunciantes. La gran capacidad de segmentación que permite el nuevo medio, propicia la introducción de contenido publicitario que se mezcla con el entretenimiento que representa la finalidad por la que el público es usuario de esa red.
Para hacer la experiencia más acorde con el propósito por el que el usuario utiliza las redes sociales, ha surgido Sadblock, una extensión para Chrome que permite bloquear contenidos que no sean de interés.
Sadblock admite la interrupción de contenido político, sobre celebridades, aquel que haga referencia al cambio climático, etc. Basado en packs de palabras claves para cada área temática, se puede vincular con Facebook, Twitter y Reddit.
La idea es que el usuario tenga autoridad sobre el contenido al que accede, que sea de su interés y que la experiencia de navegación sea positiva.
¿Alternativas? Tal vez la solución sea el cambio de esa publicidad intrusiva por otra que invite al usuario a participar sin robar su privacidad.