Las personas somos animales de hábitos que en momentos y lugares determinados nos comportemos de una forma o de otra. En Internet, como en la vida real, los anunciantes buscan la forma más eficiente para llegar hasta sus consumidores.
El objetivo del “behavioral targeting” (BT en su jerga) es investigar sobre el usuario, no busca una comunicación directa con cada uno de los usuarios, sino que los agrupa por tipología para poder así interactuar con ellos de una forma determinada.
Hoy en día, Google, entre otras, nos ofrece una serie de herramientas que nos permite conocer a nuestro cliente, saber quién es, cómo y dónde consume; sin encasillar a nuestro público primario en un único hábito en Internet, abriéndonos a diferentes experiencias de usuario para una misma definición de público.
Las herramientas que se utilizan permiten recoger la actividad de los usuarios y sus gustos, que contenidos leen, cuanto tiempo se pasan en ellos, con que frecuencia los consultan, que palabras clave buscan. Con el objetivo de crear un perfil del usuario.
Como se ha mencionado antes, estos conocimientos nos van a permitir no sólo interactuar con el usuario, también saber cómo reaccionar ante situaciones adversas, comunicación de crisis o posicionamiento de la marca dentro del marco de la reputación corporativa en Internet, del e-marketing y de la comunicación.
Conocer a nuestros clientes y/o usuarios nos permite, además de la implantación de nuevas líneas de comunicación y la personalización de las comunicaciones, realizar tomas de decisiones de manera inmediata e instantánea, obteniendo así una mejor gestión del tiempo dentro de nuestros departamentos de marketing y una descarga de los canales de comunicación de que nuestros usuarios suelen consumir.
Para terminar me gustaría decir, en palabras de Javier Rovira en su libro Consumering, hay “que ceder la gestión y desarrollo de nuestros negocios a nuestros consumidores en una triple asociación: empresa-consumidor-colaboradores”; es decir, darle a la empresa un enfoque cien por cien al cliente, para obtener así el mayor de los beneficios, el reconocimiento de la marca.